domingo, 25 de diciembre de 2011

Minimalist house. 2010. Shinichi Ogawa & Associates

Por motivos que no vienen al caso, en estos dos últimos meses no hemos actualizado el blog como nos hubiese gustado. 
En un día tan especial, reanudamos nuestra actividad con unas palabras que corresponden a un pequeño texto escrito por Alejandro de la Sota en 1965.

"Una extraña casualidad nos hizo coincidir a un grupo de arquitectos españoles con Le Corbusier allá por los años cincuenta y tantos en Berlín; se construía allí el bloque de habitación por él proyectado y que entonces dirigía su ejecución. En unas declaraciones que hizo en algún periódico local, renunciaba a la paternidad del edificio en marcha porque al ser construido por alemanes, tendentes siempre a la perfección, le habían desvirtuado la obra. Quiero recordar que dijo que le habían "pasado la lengua" antes de fraguar el hormigón. A un español, acostumbrado a la chapuza y también tendente a una perfección imposible en nuestra tierra, aquel comentario tenía que impresionarle.
Admiré siempre la obra de Le Corbu, su deshabillé, esa perfección de dentro, esa elegancia imposible, tan ligada a esa imperfección aparente. ....."




Desde hace años, motivados por las palabras de Le Corbusier, tendemos a dividir todo lo que nos gusta en dos grupos:
  1. En un primer grupo, situamos todo aquello que se muestra tosco e imperfecto. Toda su belleza surge de la propia naturaleza de los materiales; las texturas son las grandes protagonistas y los defectos se vuelven virtudes. En nuestro blog nos hemos acercado a muchas obras de este tipo como: Pabellón Upper Lawn, Casa NegroCasa Clara, Bruder Klaus Kapelle, Earth house .........
  2. En el segundo grupo, aunamos todo lo que parece estar impecablemente ejecutado; las superficies son lisas como lienzos, los encuentros entre los distintos planos o los distintos materiales son sutiles. No hay más elementos que los estrictamente necesarios, y todo parece estar en su sitio; nada estorba visualmente.

Somos  seres contradictorios y por eso disfrutamos, tanto de las obras del primer grupo, como de las del segundo. Sin embargo, somos conscientes de que de este último, no hemos publicado ningún ejemplo claro, aunque no ha sido nada premeditado. 

Para equilibrar un poco la balanza, hoy mostramos una obra que para nosotros responde claramente al segundo grupo.


La web del arquitecto es la siguiente:




 



Esta es una casa con tres almas en un solo cuerpo:
  1. Un patio por el que la casa respira y por el que la casa contempla el cielo. (Nos recuerda la Earth house de Byoung Soo Cho, porque aquí las vistas también se abren solamente hacia las nubes y las estrellas.)
  2. Un espacio central para comer, vivir y dormir. ( Hemos de mirarla sin prejuicios.)
  3. Un espacio más oculto, separado por un muro/armario, para lo más íntimo y para el trabajo: cocinar, almacenar, asearse, estudiar/trabajar.
Para nosotros es una casa ensimismada, íntima y recatada; cerrada en sí misma por cuatro muros ciegos.





Desde el primer momento en que descubrimos esta casa, nos gustó; y cuando una casa nos gusta básicamente quiere decir que nos encantaría vivir en ella.
Nos gustaría ver el patio lleno de hojas en otoño.
Nos gustaría dormirnos contemplando como cae la lluvia y escuchar como rebotan las gotas.
Nos gustaría desayunar con los primero rayos de sol y descubrir, que todo nuestro mundo está al alcance de nuestros ojos.
















Sin duda, 102 m2 muy hermosos para una ciudad como Okinawa (Japón)





1 comentario:

  1. Estupendo. Qué gran esfuerzo de concreción y de silencio.
    (Muy poética vuestra evocación al cómo habitar una casa).
    No estéis tanto tiempo sin publicar. Yo siempre os espero, expectante.

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